Impacto del sueldo mínimo vital
Dr. Luis Vento Calderón
Docente de Posgrado – UCV Campus Tarapoto
Siempre es importante tener presente la teoría económica cuando tratamos de evaluar las consecuencias de determinadas medidas que dicta el gobierno de turno.
En este caso nos referimos a la elevación del sueldo mínimo vital (SMV) decretada por el Ejecutivo, de S/ 930.00 a S/ 1 025.00. Las preguntas que nos vienen a continuación, son las siguientes:
1) ¿A qué trabajadores beneficia esta medida?
Supuestamente, favorecería a los trabajadores de empresas privadas y públicas, que, de acuerdo a cifras oficiales, son alrededor de 700 000 personas. Si tomamos en cuenta que la población económicamente activa (PEA), al segundo trimestre del año 2021, asciende a 16 848 600 trabajadores (INEI), el alcance de este dispositivo sería para solo 4.5 % de ellos. Viéndolo de una manera más sencilla, de cien peruanos, solo a casi cinco trabajadores los beneficiaría”.
2) ¿Qué nos dice la teoría económica cuando “forzamos” el precio de un bien o servicio en el mercado?
El SMV constituye un precio que, como cualquier otro de un bien o servicio, se desenvuelve dentro de un mercado, en este caso laboral, constituyéndose en su eje regulador.
Un dato complementario importante que deseo compartir es respecto al ingreso promedio mensual a nivel nacional, que, de acuerdo con el INEI, al mes de diciembre 2020, ascendía a S/ 1 268.80. Como observamos, a la referida fecha, este ya se encontraba por encima de los S/ 1 025.00, recientemente promulgado por el Gobierno.
Si partimos de un escenario en un mercado libre, en el cual la demanda y la oferta se intersectan en un determinado precio (SMV), decimos que este se encuentra en equilibrio, satisfaciendo a los ofertantes y demandantes que, en el escenario laboral, serían los empleadores y trabajadores, respectivamente. Esta teoría, conocida como la “mano invisible”, se la debemos a Adam Smith (economista y filósofo). Fue publicada en 1776 y pone énfasis en la autorregulación siempre dentro de un mercado libre.
A partir de aquí, vamos a plantear dos escenarios posibles, no en un mercado libre, sino en un mercado llamémosle distorsionado, en el cual se impone un precio.
En un primer escenario, vamos a considerar que se imponga un precio por encima del equilibrio, como sería el caso que nos ocupa (aumento del SMV, de S/ 930.00 a S/ 1 025.00). La reacción sería el ofertar menos puestos de trabajo, puesto que le resultaría más caro para el empleador contratar más trabajadores o tal vez se inclinaría a reducir su actual planilla o pasarla a la informalidad.
En un segundo escenario, cuando se considera imponer un precio por debajo del equilibrio, el mercado reaccionaría ofertando más puestos de trabajo, por parte del empleador, pues le sería más conveniente contratar más trabajadores, pero estos no estarían interesados por los bajos sueldos. Es decir, se produciría una sobreoferta laboral, situación que a la fecha resultaría utópica.
3) ¿Cuáles serían las consecuencias de este ajuste del sueldo mínimo vital?
Anotaba “entre comillas” en el escenario 1 de la pregunta anterior, pues es muy probable que en una situación en que la oferta de empleos formales sea muy limitada, se estaría fomentando que el empleador, y nos referiremos sobre todo a la pequeña y mediana empresa, que es donde mayormente aplica el sueldo mínimo vital, dada la actual coyuntura económica, con una sobredemanda de puestos laborales y una muy restringida oferta de estos, decida prescindir de sus servicios o simplemente plantearles a sus trabajadores una forma de pago bajo un esquema informal.
Lo mismo podríamos decir del escenario 2, refiriéndonos a la imposición del SMV, por encima o por debajo del equilibrio. La reacción sería adversa, tanto por parte de los empleadores como de los trabajadores, respectivamente, según lo comentado. Ambas situaciones traerían distorsiones en el mercado laboral.
Como vemos, no es una solución imponer salarios mínimos. Estas medidas son eminentemente populistas y no solucionan las graves y serias situaciones que tenemos en el empleo en nuestro país. Tenemos una tasa de informalidad laboral que a marzo 2022 alcanzó el 76.8 % (INEI), lo cual significa que de cada 10 trabajadores, 8 son informales.
Necesitamos urgentemente planificar una solución integral a largo plazo, que parta de una estrategia bien pensada y elaborada, con la participación y aportes de los sectores públicos, privados y académicos.